Por Marcela Sinturión

jueves, 16 de marzo de 2017

Mujer Virtuosa Siglo XXI

(Paráfrasis actual del proverbio de la Mujer Virtuosa. Proverbios 31:10-31)




10. ¡Qué difícil es hallar una esposa extra ordinaria! (o sea que haga “extras”). Encontrarla es como ganarse un carrito lleno de supermercado para toda la vida.

11. Quien se casa con ella puede darle para adiministrar los ingresos del hogar. Sabe invertir.

12. A ella todo le sale bien; nunca nada le sale mal (ponele)

13. Busca las mejores ofertas en distintos supermercados, se adhiere a todas las tarjetas de descuentos DIA, Jumbo +, Carrefour, Grido, etc.para obtener los mayores beneficios.

14. Si no tiene tiempo, compra por internet y hace traer pedido de lejos.

El glamour es marketing


15. Se levanta muy temprano, organiza la casa, limpia, ordena, revisa mochilas escolares, firma notas en cuadernos, trabaja desde su casa, hace un excel con el menú de la semana, deja por escrito las tareas de la casa que le corresponde a cada hijo, guarda el orden y la limpieza, contesta los mensajes de los infinitos grupos de whatsapp a las que está agregada.

16. Vende productos por catálogo Avon , Violetta, Tupperware, y cuanto negocio se le presente. Busca en su casa artículos que ya no usa para vender, averigua el precio por internet y calcula uno razonable. Saca fotos, etiqueta y los sube a todas las plataformas de venta posible: OLX, MercadoLibre, Letgo, grupos cerrados de facebook, publica en sus perfiles sociales. Mientras, riega las plantas, da de comer a las mascotas, limpia sus cochinadas, toma un mate, despide a los niños para ir a la escuela, calienta el almuerzo, se baña, se arregla y sale para oficina.

17. Sigue trabajando de sol a sol.


La sonrisa es Marketing
18. Se asegura de cumplir bien con su trabajo, mientras sigue contestando mensajes de diversos grupos y escucha los interminables audios de sus compañeros de distintos lados. Por la noche no se apaga la luz en su casa, pues revisa sus publicaciones, hace trabajos freelances, si tiene tiempo escribe para su blog o sus redes.

19 – 20 . Compra ropa en Avellaneda, Once, ferias americanas o en tiendas de liquidación. Busca la forma de reunir dinero y llegar a fin de mes, darse algunos gustos y pagar actividades extra escolares, viajes solidarios y otros fines. Dona la ropa en condiciones, envía productos para la ofrenda del kilo. Le enseña a sus hijos a no dar dinero a los indigentes sino comprarle comida.

21. No le preocupa que haga frío porque tiene aire acondicionado, comprado en cuotas y lo hizo revisar antes de la temporada para que no salga tan caro luego.

22. Si no sabe coser, siempre encuentra a alguien que lo haga, incluso los hijos. Recicla colchas y sábanas, vuelve a Avellaneda u Once o compra por Groupon, cupónica o Avenida lo que necesita. Si es urgente aprovecha los porcentajes de descuento en super con las tarjetas.

23. Tiene un marido que la ayuda con las tareas de la casa además de trabajar fuera de ella y toma la autoridad con los hijos cuando regresa del trabajo, para que ella pueda seguir en sus negocios.

24. Es una mujer emprendedora. Vende su ropa, sus accesorios, todo lo que no se usa. Realiza manualidades, escritos, servicios y los vende por plataformas on line. Siempre está pensando como conseguir dinero y lo consigue. No sólo piensa, también hace.




25. Es mujer de carácter (del bueno, claro) No se deja robar ni por comerciantes, ni obra social ni por ninguna organización. Hace valer sus derechos y lucha por conseguirlos.

26. Siempre habla con sabiduría y enseña a los hijos con amor (aunque a veces grite, sigue siendo con amor). Frases como “Lo que se hace mal y sin ganas, se hace dos veces”, “Si no te gusta la comida, morirás de hambre”, “Levantá las cosas del piso o te las barro”.

27. Siempre está pendiente de su casa, revisa los contactos de sus hijos, lee el muro de redes de ellos (de vez en cuando y si no la bloquean). Vuelve a revisar cuadernos de comunicaciones,firma notas, revisa tarea, ofrece ayuda para realizarla mientras pone ropa para lavar y contesta algún mensaje laboral. Cuando se sienta a comer o hace algún viajecito, es porque se lo ha ganado (¿o no?).

28. Sus hijos la admiran (aunque no se lo digan) Su esposo la alaba y la ayuda.

29, Mujeres esforzadas hay muchas pero vos sos la mejor para tu familia (sos la única que los aguanta).

30. La hermosura es engañosa (no te preocupes si estás gordita porque tenes que comer arroz y fideos las últimas semanas del mes), la belleza es interior (los hombres no piensan lo mismo pero bueh…). Solo merece alabanzas la mujer que obedece a Dios (esta frase no amerita una paráfrasis, sigue siendo actual)



31. Que todo el mundo reconozca los frutos de tu esfuerzo:
Jefes: Páguenles bien.
Familia: Cuiden el orden y la limpieza.
Maridos: Recuerden cumpleaños y aniversarios (utilicen el google calendar si quieren)
Hijos: Recuerden cumpleaños, día de la madre y ocasiones para saludar y regalarle lo que le gusta (electrodomésticos abstenerse)
Aliéntenla con mensajes por whatsapp no solo para pedir lo que necesitan.
No la borren de su lista de amigos de redes ni las bloqueen (fea la actitud)
Siganla en twitter, instagram, face y Tik Tok si se animan (verán las mejores fotos de ustedes en sus perfiles)
¡Que todo el mundo reconozca los frutos de sus esfuerzos! ¡Qué todos la tengan en cuenta por sus acciones!



martes, 7 de marzo de 2017

Zombies literarios


Miles de pensamientos se agolpan en mi mente. Siento que en una mañana inspirada podría escribir una novela de corrido. Sin embargo, al abrir el cuaderno (si, sigo escribiendo en cuadernos) y descapuchar la lapicera, el trazo no sabe por dónde comenzar. Una inmovilidad preocupante y una hoja esperando ser escrita.

Zombies literarios
Un punto es todo lo que puedo esbozar. Miles de distracciones pasan alrededor: la perra rompiendo las plantas, el gato vigilando la perra, las cotorras que se posan en los cables eléctricos, el orden, la limpieza, las responsabilidades laborales. Trato de borrar de mi mente esas imágenes para que las palabras comiencen a fluir, busco una posición inspiradora al mejor estilo de Rodin. Leo buscando inspiración, desarrollo, clímax. Nada parece inmutar mi dormida creatividad. Riego las plantas, baldeo la terraza, temo que los niños se despierten porque ahí acabaría mi momento de quietud.



Recuerdo que alguien dijo que alejándose del texto a veces se consigue algo, pero la realidad es que todavía no hay ni una palabra. Abandono la hoja por unos minutos, vuelo a ella con intención de escribir y …. nada. No encuentro estímulo para hacerlo.
Siento mi cerebro entumecido, me duele la cabeza, el cuello, cada parte de mi cuerpo; no logro conectarme con ese artista interior del que habla Julia Cameron. Sin duda, algo le pasó a esa niña interna, debo encontrar la razón. Mis ojos me pesan pero recién me levanto. Sueño no puede ser ¿cansancio? tal vez.


De repente el pánico se apodera de mí. Me encuentro absolutamente vacía de textos, miles de personajes caminan por mi mente. Buscan sus rostros, sus identidades, parecen zombies literarios buscando una vida para contar pero sin hallan al escritor que les de aliento.
Busco ansiosa algún plot point que ponga el funcionamiento la trama, o algún conflicto, o un disparador, o un diálogo o quizá un clímax que amerite un planteamiento pero solo encuentro una hoja en blanco.

La desesperación corre por todo mi cuerpo. ¿Será que perdí la inspiración interior? ¿Será que nunca más podré relatar un cuento? ¿Será un complot entre esta hoja y mi mente? ¿Cómo será la vida sin poder escribir? No quiero ni imaginarlo. Está todo acabado.
cierro mis ojos un momento y al abrirlos, los trazos estaban ahí, en ese mismo papel expresando mis sentimientos. Ya no estaba en blanco. Sin darme cuenta, allí vivían, mis personajes, mi conflicto, mis puntos de giro. Los identifico, los ordeno, les doy forma.

El disparador fue la misma hoja que causó mi temor, ese blanco inmaculado y una lapiz inmóvil. El primer punto de giro fue  justamente el punto negro en la hoja, ese contacto entre los tres personajes (el papel, la lapicera y yo) que nos unió indefectiblemente. El resto fue el planteamiento, el desarrollo de ese conflicto interno de creer que no podría escribir. La hoja ya no está en blanco y si llegaste a estas últimas líneas, te darás cuenta que éste es el final feliz. Y así obtengo mi “colorín, colorado, este relato se ha terminado”.