Por Marcela Sinturión

lunes, 4 de septiembre de 2017

7 EXPERIENCIAS QUE ME HACEN CREER QUE NO EXISTE LA LIBERTAD DE RELIGIÓN NI DE PENSAMIENTO POLÍTICO



A veces me pregunto ¿Cuál sería la definición de “libertad” cuando se habla de religión o política?  ¿Hasta donde llega la posible aplicación del término?
Soy cristiana evangélica y más de una vez vi como mis derechos no eran iguales a los de otra religión. Algunos de esas situaciones las viví con los colegios donde cursaron y cursan mis hijos.
1. Sala de 3 y 4 años. Aniversario del Parque Chacabuco. Mi hijo mayor asistía a educación inicial en un colegio público de Parque Chacabuco. Dicho parque festejaba su aniversario y el colegio participaría en los distintos actos. Me presenté como miembro de una iglesia evangélica del barrio y ofrecí una obra de teatro o bandas musicales. Luego de varios contactos, uno de los grupos organizadores era un colegio católico católico de la zona, así que nunca obtuve el permiso para integrar a mi iglesia a los festejos del mismo parque que compartimos.

2   Luego durante la enseñanza primaria envié a mis hijos a un colegio privado subvencionado por el Estado. Me llegaban por cuaderno de comunicación y también se ponía un cartel en la puerta para aquellos que querían tomar la comunión pasando data día, horario y lugar donde hacer el curso previo. Me presenté, pidiendo la oportunidad para repartir de la misma forma una invitación a un evento de jóvenes. No me lo concedieron por ser un colegio “laico”, sin embargo, es su puerta estaba el anuncio de la catequesis.
3.   3. Años más tarde tuvimos un festejo con la congregación, como institución en la cancha de Ferro. Solicité los permisos necesarios para poder tener la posibilidad de culminar el evento con fuegos artificiales. Nos lo concedieron pero solo por fuera del estadio. Esa misma noche, un club de fútbol hacía un evento y sus fuegos artificiales fueron disparados desde adentro de la cancha sin tener problema alguno. Hice una nota para diarios preguntando porque para algunos si y para otros no. Nunca obtuve una respuesta.

4.    4. La fiesta del Inti Raimi. Todos los años, mis hijos tienen que dar explicaciones de por que no participan de esta fiesta. Disfrazado de “tradición” no es otra cosa que un culto al dios sol de los Incas, con cantos y ofrendas en fogón, todos condimentos de un ritual religioso. Aunque lo hacen en el Parque Chacabuco, se organiza desde los colegios y escuelas de arte. Cabe aclarar que generalmente es un día de semana, en pleno período de clases.

POLÍTICA EN EL COLEGIO
5.   5.  La experiencia en la escuela secundaria de uno de mis hijos no es mucho mejor. Fue elegido como delegado de su clase y comenzó a recibir presiones para incentivar a ir a los alumnos a las marchas docentes. Nunca me pidieron un permiso (tenía solo 13 años) para tal actividad. Tuvo que renunciar. A todo ésto no se dictaban las materias sino se hacía de la clase un lugar de discusión política y presentando a quienes eran, según ellos “los buenos y los malos”. Tuve que cambiarlo de colegio porque no me daba seguridad cada vez que él expresaba una opinión diferente. En mayo solo había tenido dos pruebas y esas notas ni siquiera habían llegado a la dirección, por lo que pasó a otro colegio a un mes de cerrar trimestre sin ninguna nota. El tuvo que esforzarse de tal manera de rendir en un mes todo un cuatrimestre porque sus profesores decidieron no dar su materia.
6.   6.  Otro de mis hijos en un instituto de arte nivel primario les contaron algunas noticias y les hicieron expresar en dibujos como “el policía malo” le pegaba al “docente bueno”, poniendo en la conciencia del niño la adjetivación a toda una institución por el mal desempeño de un par de personas.

7.   7. Ni hablar del reciente tema de Santiago Maldonado. Me duele el corazón ver como se insultan, se menosprecian y se pelean por ponerse en una u otra posición. Soy una analfabeta política, lo sé, pero tengo otros recursos y en este momento el más valioso es la oración y mi empatía con esa familia, por la angustia que deben estar pasando, que les debe importar un pito a quien beneficia o no el caso de su hijo, solo deben querer encontrarlo, abrazarlo y terminar con esa agonía de la espera. Disculpen que no me enrede en discusiones políticas al respecto, prefiero concentrar mis fuerzas pidiendo fortaleza para esa familia. No me juzguen.

Resumiendo. Si la educación es laica en cuanto a religión entonces pido que no se ponga como padrino a una escuela un santo católico y obliguen a mis hijos a hacer una actividad con una estampita del mismo, pido que se me de la misma oportunidad de mostrar mi credo mediante alguna participación sin darme evasivas bajo el título de “laico”.
Quiero que sea laico de ideas políticas también. Una cosa es enseñar historia contemporánea y otra es que el maestro o profesor quiera inculcar sus ideas políticas. Ellos tienen influencia sobre los alumnos, quizá no se dan cuenta o quizá lo aprovechan, no lo sé, pero yo como madre pido que al colegio se vaya a aprender, que den las clases como corresponde, que cumplan con el plan de contenido y que si quieren exponer sus ideas lo hagan un sábado o fuera de horario de clase y que vayan los alumnos interesados, que nunca se use el aula para esgrimir una idea única.
Y lo que sí podrían hacer, es enseñarles como es el voto, a que se llama un cuarto oscuro y hacer un simulacro del mismo. Sin embargo, ni en sexto ni en primer año ni quinto, decidieron tomar una clase para explicar este derecho.
Al menos, esta es mi experiencia.


1 comentario:

  1. Marce mas clara no pudiste ser. Creo que somos un pais hipocrita en donde podemos organizar eventos magnificos para para grandes causas pero no toleramos a un niño distinto en un curso de escuela catolica. En fin totalmente de acuerdo somos un pais tartamudo.

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