Por Marcela Sinturión

lunes, 9 de mayo de 2016

"No intente estas técnicas sin ayuda de un profesional"

Así reza el graff de un programa televisivo de adiestramiento para perros. Ante tal sugerencia, uno piensa que quien aplica esas técnicas por la pantalla es seguramente un profesional que se ha quemado las pestañas estudiando más de cinco años para lograr un título que lo avale como tal. ¿Un vetarinario quizá? ¿Un ingeniero agropecuario con experiencia en animales? No, queridos lectores. Es simplemente un hombre extranjero que reside en Estados Unidos, con un buen marketing televisivo, mucho carisma y por supuesto experiencia en el trato con perros. Si, estoy mencionando a Julio César Millán pero también podría estar hablando de Jackson Galaxy y su gato endemoniado. Músico de profesión y especialista en domesticar felinos.

ENTRE GATOS Y PERROS
Cada uno de ellos tiene una historia de superación personal de la cual se toman para generar la empatía con el personaje. Uno es inmigrante cumpliendo el sueño americano y el otro un ex obeso que encuentra su lugar en el mundo en medio de gatos.
En fin, ninguno de ellos ostenta un título aunque seguramente sí la experiencia. La diferencia con otros domesticadores de animales es el hallazgo de un productor que sabe como sacarle el jugo a su historia de vida y convertirla en plata.
Pero mi escrito de hoy, es para reflexionar sobre la palabra "profesional". Más allá de lo que diga el diccionario, se aplicaba este vocablo a aquellas personas que ejercían determinado trabajo luego de una carrera de años y vivía de ella. Pero en el imaginario colectivo, el "profesional" era el médico, el abogado, el licenciado, aquel que se había capacitado para tal o cual tarea. Hoy en día, el concepto aplica a prácticas más sencillas.

LAS NUEVAS PROFESIONES
Hace unos meses me llegó un mail ofreciéndome un curso on line sobre las "Nuevas Profesiones de Internet". Usted se preguntará si dichas clases me formararían en analista de sistemas o programadora web. Pues no, simplemente con un video tutorial me enseñaron varios recursos para trabajar de modo freelance. Algunos de ellos, coincidían con mi formación "profesional", solo le agregaban el plus informático, los recursos programáticos para realizar la tarea más rápido y mejor. Pero otros, también me "capacitaban" para el traductorado. Me enseñaron como traducir con el google de cualquier idioma al español. Lo importante era saber la gramática del idioma en el cual debía estar traducido. O sea, no importa si no sabes chino, utilizas algún programa de traducción automática y luego aplicá las reglas de tu propia gramática y listo. Claro que hice el intento como prueba, y la verdad es que funciona, pero no podría aplicar a alguna propuesta de este tipo en las plataformas virtuales porque me sentiría engañando a mi cliente. ¿Por qué? Porque no soy una "profesional" en el traductorado, sino una "profesional" en el uso de programas afines. Los tiempos cambian y los conceptos también aunque la RAE llore por ello. Y sino fíjense quienes escriben "libros". 

¿TODOS SOMOS PROFESIONALES?
Basta con ser un famoso youtuber "profesional", tener una editorial que saque provecho y poner en papel un par de chistes para tener más de 3000 jóvenes delirando en una feria por su firma. Esperemos que no gane el premio Nobel. ¡Ah! Pero también estuvieron otros escritores verdaderamente profesionales. Mario Vargas Llosa, llenó su sala e Ismael Cala firmó cientos de ejemplares, pero bueno, eso no es una noticia convocante (o al menos eso parece).

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